viernes, 11 de junio de 2010

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Puede ser que si, tiene razón, una mujer completa no necesita una media naranja, pero bueno, yo soy hombre e incompleto. No le reclamo, es lo que le pedí, mas, si lo cumple, ¿Por qué aún me hace sentir que me necesita? Me habría aliviado bastante ese domingo irme sin la pesadumbre que significa dejarla, que ya es lo suficientemente difícil. Y yo intento aliviarlo ofreciéndole mi ayuda en algún momento que lo necesite, y ella la acepta, ¿Para qué?, si sabe que no va a recurrir a mi...porque no lo va a necesitar.

Y a pesar de lo obvio, dudo, si de verdad piensa que se va a acordar de mi en algún tiempo, que tan culpable seré y que estará sientiendo, y me mato todos los días pensando en eso, que se ha convertido en mi gran duda existencial, para siempre llegar a la conclusión de que me da igual. De verdad he llegado al punto de que no me importa lo que sienta por mi. Después de todo lo único que me queda es agradecerle, hasta el día de hoy le da un motivo, no una meta ni objetivo, que ya los tengo, pero le da un motivo a estar vivo en este momento. Si el mundo no deja de girar porque no está, es sólo porque sigue en mi mente. Gracias a ella siento día a día lo que es amar de verdad, gracias a ella puedo seguir diciendo que soy feliz, y no lo niego, el despecho no hará que desmienta que sigo enamorado de ella, la vergüenza no logrará que diga que no la necesito, y no dejaré que el orgullo me impida admitir que es el amor de mi vida y que sigo a sus pies como antes, la quiero a morir.

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